lunes, 11 de marzo de 2013

Cárcel para el ex ministro británico que mintió para no perder puntos del carné

Esta es una sarta de rocambolescos acontecimientos que empezó en 2003 con el pie del ex ministro de Energía, Chris Huhne, apretando excesivamente el acelerador y su esposa, la seria economista Vicky Pryce, declarando a la policía que era ella la que iba al volante, así la entonces fiel esposa evitaba que su marido perdiese temporalmente el carné de conducir por exceso de puntos.
Desde ese pueril incidente –las cámaras que registraron el coche no distinguían quien era el conductor- todo ha sido un exceso de venganzas y recriminaciones. El lunes por la tarde ambos fueron sentenciados a ocho meses de cárcel por obstrucción a la Justicia.
La falta de exceso de velocidad, ocurrida en 2003, quedó enterrada entre los secretos matrimoniales hasta hace un par de años cuando el ministro dejó a su esposa para vivir con su secretaria de prensa, Carina Trimingham.
La venganza de Vicky Pryce no se hizo esperar: contó a la prensa sensacionalista el secreto matrimonial, y ambos fueron detenidos e interrogados sobre la mentira a la policía, que equivale a delito de obstrucción a la Justicia.
Ahí se abrió un juicio que ha sacado a la luz tristes luchas familiares. Chris Huhne, que primero negó los cargos, los admitió el primer día del juicio dimitiendo de su escaño de diputado y acabando su carrera política de forma vergonzante.
Vicky Pryce adujo en su defensa judicial "coerción matrimonial" (un antiguo argumento todavía vigente, aunque poco utilizado en los juicios) para acusar a su marido de dominante en el matrimonio. Él dimitió como ministro antes que como diputado con la venia del líder liberal Nick Clegg de que "volverá al Gobierno cuando limpie su nombre". Ya nunca lo limpiará porque los políticos caídos en desgracia con la Justicia, en Reino Unido, son irrecuperables.
Su carrera política acabó de forma abrupta por un escándalo marital. Huhne, del Partido Liberaldemocrata, disputó con Nick Clegg el liderazgo del partido que ganó el líder actual.
Durante el juicio se han publicado agonizantes correos y mensajes de los hijos, atrapados entre el padre y la madre. Y ha testificado una hija de Vicky Pryce de un matrimonio previo denigrando la actitud del ex marido de su madre.
La analista de economía y ex asesora del Gobierno confesó haber abortado a petición de su marido al principio de su relación sentimental para reforzar, en el juicio, la imagen de dominador y déspota, que el juez no se ha acabado de creer al sentenciar el lunes que "de esta tragedia, los únicos culpables son ustedes dos".
El lunes acudieron los dos al juzgado con sus respectivos abogados para lo que se esperaban tras el veredicto de culpables, emitido la semana pasada.
La infracción de obstrucción de la Justicia conlleva sentencia de cárcel y ahora lo que pueden conseguir el ex ministro y su ex esposa, que se han ignorado en todo el proceso judicial, es la rebaja del periodo de ocho meses, que pueden quedar en menos.
Esta vez ni la venganza es dulce ni airear secretos matrimoniales han beneficiado a ninguna de las partes. Ambos han pagado un precio alto, que empezó el lunes en la furgoneta que los trasladó del juzgado a la cárcel.

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