Cerca de una decena de peritos chilenos y extranjeros participaron en
la retirada de tierra y apertura de la lápida en la que está la urna de
Neruda y de su tercera esposa Matilde Urrutia, en medio de la atenta
mirada de familiares, policía y prensa local e internacional.
Entre los especialistas extranjeros que participaron en las
labores se encuentran expertos de Estados Unidos, Inglaterra y
Argentina, además de miembros de la Cruz Roja Internacional que actuaron
como supervisores.
El director del Servicio Médico Legal, Patricio Bustos, dijo que
el ataúd de Neruda se encontraba en buen estado, por lo que las pruebas
apuntarán a buscar elementos relacionados con la enfermedad que afectó
al escritor, como también la eventual presencia de sustancias tóxicas en
sus restos.
Bajo la dictadura de Pinochet, que se extendió entre 1973 y 1990,
unas 3.000 personas murieron o resultaron desaparecidas y otras 28.000
fueron torturadas.
La exhumación de los restos de Neruda se suma a la investigación
en curso sobre la muerte del ex presidente Eduardo Frei Montalva, que
oficialmente falleció por una infección tras una operación de hernia de
hiato, aunque años después surgieron denuncias de un supuesto
envenenamiento de agentes de Pinochet.
El ex presidente Frei murió en la misma clínica en la que falleció Neruda.
Carroza informó que en los restos de Neruda trabajarán los mismos
peritos forenses que examinaron el cadáver del ex presidente Salvador
Allende, en un proceso que determinó que no había sido asesinado.
Los restos de Neruda serán trasladados a Santiago de Chile para
ser examinados en el Servicio Médico Legal. No se descarta que algunas
muestras sean enviadas a laboratorios extranjeros para una investigación
más a fondo.